El tratamiento con skinbooster es una técnica avanzada de rejuvenecimiento facial que hidrata profundamente la piel desde adentro. Consiste en la aplicación de microinyecciones de ácido hialurónico, un componente natural de la piel que ayuda a mejorar su elasticidad, textura y luminosidad. A diferencia de los rellenos faciales, los skinboosters no están diseñados para dar volumen, sino para revitalizar y rehidratar la piel, dándole un aspecto más fresco y juvenil.
El skinbooster se realiza para tratar la deshidratación y pérdida de elasticidad de la piel. Es ideal para quienes desean mejorar la calidad de su piel sin cambiar sus rasgos faciales. Este tratamiento es especialmente beneficioso para personas con piel apagada o seca, líneas finas, y aquellas que buscan un efecto de rejuvenecimiento natural sin la necesidad de procedimientos invasivos. Un ejemplo claro es cuando notás que la piel de tu rostro luce cansada o sin vida, el skinbooster puede darle un "boost" de hidratación para que vuelva a verse radiante.
Como en cualquier procedimiento con inyecciones, el skinbooster puede causar algunos efectos secundarios leves y temporales, como enrojecimiento, hinchazón o pequeños hematomas en los puntos de inyección. Estos suelen desaparecer en pocos días. Aunque es raro, existe el riesgo de reacción alérgica al ácido hialurónico, por lo que siempre es importante realizar el tratamiento con un profesional capacitado que pueda manejar cualquier complicación.
Antes del tratamiento con skinbooster, es recomendable evitar el consumo de alcohol y medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como la aspirina, ya que pueden aumentar el riesgo de hematomas. Además, es importante mantener la piel limpia y evitar el uso de productos irritantes o tratamientos agresivos en los días previos al procedimiento.
El procedimiento es relativamente sencillo y rápido. Se aplican microinyecciones de ácido hialurónico en las capas superficiales de la piel del rostro. La cantidad de inyecciones y la profundidad de las mismas dependerá de las necesidades de tu piel y del área a tratar. El procedimiento dura aproximadamente 30 minutos y, en general, es bien tolerado por los pacientes, aunque puede aplicarse anestesia tópica para minimizar cualquier molestia.
Los resultados del skinbooster comienzan a notarse después de unas pocas semanas, cuando la piel empieza a lucir más hidratada, suave y luminosa. El tratamiento puede realizarse en sesiones de mantenimiento cada 6 meses para conservar los efectos. En muchos casos, se recomienda un ciclo inicial de 2 a 3 sesiones espaciadas por un mes para obtener resultados óptimos. Un ejemplo de los beneficios es ver cómo las líneas finas y la sequedad en la piel mejoran visiblemente, dándote un aspecto más fresco y rejuvenecido.